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Legionella: una bacteria ignorada

Legionella pneumophila es una bacteria Gram negativa con forma de bacilo. Vive en aguas estancadas a elevadas temperaturas y su crecimiento se ve favorecido por la presencia de materia orgánica. Requiere oxigeno para respirar y posee un flagelo para desplazarse. Se han identificado 16 serogrupos de L. pneumophila.

De las más de 30 especies de Legionella que se conocen, Legionella pneumophila serogrupo 1 es responsable de la mayoría de las infecciones en humanos. Puede ser responsable de hasta el 10% de las neumonías, tanto de las adquiridas en la comunidad como de las hospitalarias.

En algunos países es obligatorio realizar controles para la prevención de legionelosis en instalaciones que utilicen agua en su funcionamiento, produzcan aerosoles y se encuentren ubicadas en el interior y exterior de edificios de uso colectivo, instalaciones industriales o medios de transporte.

Formas de presentación

Legionelosis o enfermedad del legionario:
Es la forma neumónica de la infección; tras un periodo de incubación de 2 a 10 días, cursa con síntomas como confusión, dolor de cabeza, diarrea, dolor abdominal, fiebre, escalofríos, mialgia y tos no productiva hasta una neumonía grave que puede ser fatal. Son comunes complicaciones renales, hepáticas e insuficiencias multiorgánicas que afectan al tracto gastrointestinal y al sistema nervioso central.

Fiebre de Pontiac: 
Es la forma no neumónica de la enfermedad. Tras un periodo de incubación de no más de 48 horas, cursa sin localización pulmonar, con síntomas similares a los de la gripe (fiebre, dolor de cabeza, cansancio, dolor de garganta y náuseas), que se resuelven en un máximo de 5 días sin consecuencias fatales.

La infección por Legionella es más frecuente y más grave en los siguientes casos:

sensor_occupiedPersonas mayores

sensor_occupiedPacientes con diabetes o enfermedad pulmonar obstructiva

sensor_occupiedFumadores

sensor_occupiedPacientes inmunocomprometidos (por lo general con disminución de la inmunidad mediada por células.

Biología

Legionella es capaz de sobrevivir en un amplio intervalo de condiciones físico-químicas, pero es sensible a la radiación UV y a la desecación, por lo que no sobrevive durante mucho tiempo en el aire. Su temperatura óptima de crecimiento está entre los 35ºC y 37ºC, aunque es capaz de multiplicarse entre los 20ºC y los 45ºC, mientras que a temperaturas inferiores a 20ºC entra en estado latente y a los 70ºC se destruye.

Se multiplica en el interior de diversos protozoos de vida libre (amebas) y en el medio libre se encuentran formando parte de las biopelículas o biofilms que se forman en los ecosistemas naturales, lo cual le confiere protección, pudiendo resistir los procesos de depuración o de tratamiento del agua. También es frecuente encontrarla como contaminante en equipos de almacenamiento y distribución de agua y equipos de aerosolterapia.

Mecanismo de propagación y transmisión

La transmisión de la bacteria se realiza por bioaerosoles contaminados o por aspiración de gotas de agua que contengan la bacteria. Los principales focos de contaminación a partir de los que se disemina la bacteria e infecta al hombre son los tanques de almacenamiento de agua, los sistemas de calefacción y de agua caliente, las torres de refrigeración, los condensadores evaporativos y, en definitiva, aquellos sistemas que mantienen el agua a una temperatura óptima para el crecimiento de la bacteria.
Sin embargo, cualquier elemento que pueda producir aerosoles, incluidos grifos, cabezales de duchas, surtidores de fuentes, sistemas de riego por aspersión o equipos médicos de aerosolterapia, puede ser un foco de contaminación.

No hay evidencias de transmisión por bebida de agua contaminada o por contacto de persona a persona, ni de reservorio animal. Reservorio agua dulce, lodos, agua estancada.  Los hospedadores son los humanos y las amebas.

Respuesta y control

Dado que no existen vacunas, para disminuir el impacto de la legionelosis en la salud pública, se deben aplicar planes de salubridad del agua específicos para cada edificio o sistema, que deben incluir la detección de Legionela. Aunque no siempre es posible erradicar la fuente de infección, sí se pueden reducir sustancialmente los riesgos.

La prevención de la legionelosis consiste en aplicar medidas de control que reduzcan al mínimo la proliferación de legionelas y la difusión de aerosoles, entre ellas el buen mantenimiento de los aparatos, en particular mediante su limpieza y desinfección sistemáticas, y la aplicación de otras medidas físicas (térmicas) o químicas (biocidas) para limitar al máximo la proliferación bacteriana. Estas son algunas de las medidas recomendadas:

water_drop Mantener, limpiar y desinfectar periódicamente las torres de enfriamiento, utilizando de manera frecuente o sistemática agentes biocidas.

water_drop Instalar separadores de gotas para reducir la difusión de aerosoles de las torres de enfriamiento.

water_drop Mantener una concentración idónea de biocidas (por ejemplo, cloro) en las instalaciones de hidromasaje y vaciar y limpiar por completo todo el sistema por lo menos una vez a la semana.

water_drop Mantener limpios los sistemas de agua fría y caliente y mantener el agua caliente por encima de 50 °C (lo que significa que debe salir de la unidad de calentamiento a 60 °C, como mínimo) y el agua fría por debajo de 25 °C o, mejor aún, de 20 °C, o bien tratar las instalaciones con un biocida adecuado para limitar el crecimiento bacteriano, sobre todo en los hospitales, los establecimientos de salud y los geriátricos.

water_drop Reducir el estancamiento del agua abriendo semanalmente los grifos de los edificios que no se utilizan.

La aplicación de este tipo de medidas contribuirá considerablemente a reducir el riesgo de contaminación por legionella y a prevenir la aparición tanto de casos esporádicos como de brotes. Al atender a los pacientes hospitalizados vulnerables, puede ser necesario aplicar precauciones adicionales con el agua y el hielo, sobre todo para evitar el riesgo de aspiración (por ejemplo, los pacientes muy vulnerables no deberían utilizar máquinas de hielo, porque pueden ser una fuente de legionelas).

Situación en Argentina

Las medidas de control y prevención se deberían acompañar de la debida vigilancia por parte de los médicos y el sistema de salud, con miras a facilitar la detección de casos.
Sin embargo en nuestro país no es una patología que en general sea tenida en cuenta en los protocolos diagnósticos lo cual lleva a un sub-diagnóstico.

Para revertir esta situación, en SILAB hemos implementado la detección de anticuerpos IgG e IgM para Legionella y la detección mediante reacción en cadena de polimerasa (PCR) de Legionella sp. y Legionella pneumophila en muestras respiratorias, sangre y agua (control ambiental). 

Si desea recibir más información o presenta dudas al respecto puede contactarse con nuestro servicio de consultas.

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Estamos convencidos de que el cuidado de la vida humana en todas sus etapas es el destino y razón de nuestros esfuerzos. 
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